NO CREO EN LA TIERRA

el mito dice
que nuestros antepasados fueron hechos
directamente del barro
es decir
somos hijos de la tierra

pero la tierra no nos quiere
tiene un poder infinito
mucho más grande que la gravedad
que nos empuja hacia la impaciencia

nos empuja hacia la degradación de nuestra raza
hacia las lágrimas de frustración
cuando nos damos cuenta que nuestra madre tierra
una vez más nos ha dado la espalda

dormimos en parques sintiendo su calor
la pisamos sin descanso buscando su perdón
nos tiramos en playas que simplemente son
otra forma de tierra

y esperamos que nuestras maldiciones
descansen en el mar de inmundicias que tenemos enfrente
o tal vez esperamos que el mismo magnetismo del que ya hablaba
nos arrastre adentro de esas aguas indómitas

no hay tristeza que valga la pena sin dolor
ni dolor que haga valer su escozor
sin algo de nostalgia
es tan solo que ya estoy cansado de eso

estoy en el limbo de la espera y de la ingratitud
de cientos de almas que viajan y dejan su esencia
impregnada en mi pecho
y de la cual no me deshago muy pronto

sino que vivo con ella
me embriago con ese olor
que me da éxtasis en demasía
y pesadillas casi en automático

pero el círculo de la virtud
no se ha cerrado todavía
en la cama hay cuadernos desperdigados
y el suelo es mi cava personal

en donde guardo el vino de la desgracia
el aguamiel que embota mis sentidos
vodka y ron que hacen las veces
de dulce néctar de dioses

aunque solo sean
líquidos que me matan
y me dominan
y finalmente me mandan a dormir