LSD

el espejo se parte en dos
hojas afiladas que cortan mis manos
y que poco a poco descubren el misterio
de mi sangre real

el mundo adentro del espejo
se antoja indeseable
pero también indestructible
hojas de libros que dan vuelta una tras otra
mientras la vida se transforma
en un ir y venir de ansiedades

nuestra vida está escrita
en un libro que no derrama leche y miel
con puntos y aparte que rompen el éxito
que creíamos atesorado en nuestras manos

y los gritos que vienen desde el alma
desgarran mi garganta
a la par de mis ropas ya raídas por la vejez
mis manos que alguna vez fueron jóvenes
quieren dirigirse a mi cuello

entonces el vidrio explota
a merced de mis puños
ya no hay solo una línea que cruce al medio
sino pequeños trozos esparcidos por el suelo

tomo los despojos de este espejo por los bordes
y me introduzco en ese mundo
donde todo está al revés
y eso precisamente es lo que veo
mi vida al revés

aquí no muero
no envejezco
no dudo
y no tengo que obedecer a ningún dios imperfecto

que ofreciéndome el cuento de la inmortalidad
me hace pagar una y otra vez en la tierra
pequeños pecados que sólo son reflejo de mis debilidades
y de mi nobleza
y de la ilusión que significa creer
que de verdad hay un ser supremo

si acaso existen los milagros
no les llamemos celestiales ni divinos
no hay una fuerza
ni un campo magnético
un karma o un aura

hay un infinito odio
que corre por nuestras venas
y ni la más sagrada de las biblias
resuelve este caos
de insensibilidades atrapadas en una burbuja

la guadaña está recargada en la pared
y mi cuerpo suda
el humo se desplaza por debajo de la puerta
y las pequeñas hojas del verano
crujen bajo unos zapatos infernales

mi cuerpo estalla
y el suelo está tan cerca como el infierno
haciéndome atrapar un poco de aire
con ojos de ahogada desesperación

al final regreso a este mundo
mi mundo
que me ofrece un sinfin de desigualdades
pero que al final
también me ofrece vida