ENSAYO SOBRE UN ASESINO (4)
Hoy me dí cuenta que me gusta el frío mucho más que el calor. Aunque debo decir que el frío despierta más los sentidos de la gente... el calor suele amodorrarlos a todos, y entonces nadie mira a su alrededor y no pueden darse cuenta de que los estoy mirando.
Aún así, aquí estoy ,congelándome junto a todos y mirando a las chicas que pasan. ¿Cuál de ellas podrá por fin ser la que me satisfaga completamente? ¿Cuál de ellas podrá mantener la boca cerrada el tiempo suficiente? Suena divertido, pero mientras gritan y patalean pierdo la concentración en lo que estoy haciendo... necesito silencio ,o por lo menos muy poco ruido,por eso las amordazo,para no tener que escuchar sus gritos. Aunque no he me librado de algunas buenas patadas.
Recuerdo a la chica de el otro día. No sé como son tan estúpidas para de verdad creer que necesito un aventón. Si, mi aspecto es el de alguien normal, pero una persona no puede ser tan idiota de darle un aventón a un tipo que se encuentra en la calle,a quien en su vida ha visto y que no sabe quien sea o a que se dedique. Eso es de estúpidas, tal y como ella lo era.
Estúpida, porque nunca se dio cuenta de que si guardaba silencio probablemente la hubiera dejado vivir, porque cuando ibamos en el auto todo estaba verdaderamente bien. Después de avanzar un par de cuadras saqué la pistola. Es esa mueca que hacen cuando ven el metal frío de el arma lo que hace que todo vaya tomando forma. Seguramente piensan : ¿por qué le dí el aventón? ¿qué quiere este tipo? ¿qué me va a hacer? Pero repito,su cara de sufrimiento y espanto empieza a pagarme un poco todo lo que este puto mundo me ha quedado a deber desde hace mucho tiempo.Ja.
-Mantén la vista al frente, como si no pasara nada. No me importara darte un tiro en la cara si haces algo raro.
-¡Pero por favor, no me hagas nada, aquí está mi bolsa, ahí tengo mi cartera y mis tarjetas, si quieres vamos a sacar dinero pero no me hagas nada por favor!
-Cierra la boca, estúpida.
Dejé pasar un par de minutos
-Muy bien. Cuando nos detengamos en el siguiente semáforo quiero que te desabotones la parte de arriba de tu blusa,quiero ver el tamaño de tus senos.
-¡No por favor! Te prometo que te daré hasta el último centavo que traigo,pero no me hagas nada!
Perdí la paciencia un poco. Pensé en darle un tiro y salir corriendo, la perra no estaba cooperando absolutamente en nada. Pero debía esperar,ser más claro al momento de hablar.
-No se trata de dinero, querida, se trata de que tienes que hacer lo que te digo. Soy una persona paciente,bondadosa,pero me pongo especialmente violento si la gente no hace lo que le pido.¿Que te parecería morir desangrada en tu carro?-Diciendo esto tome la pistola y la puse en medio de sus piernas,por debajo del vestido de cuadros que llevaba,apuntando directamente a la vagina. Jajajajaja, la cara que puso realmente me divirtió.
-¡No,no hagas eso... ¡no por favor!
-Muy bien,entonces haz lo que te digo.... ¡desabotónate la puta blusa!
Dicho esto, se reclinó un poco para atrás en el asiento, aturdida tal vez por el grito que había yo pegado, y se le salen unas lágrimas.
-Vamos ,vamos , que no es momento para llorar-le enjugo las lágrimas con mis manos,y perdida en su aturdimiento,me deja hacerlo como si yo fuera su noviecito....nada más conmovedor.Entonces se decide y comienza a desabotonar su blusa. Sus senos son grandes,como a mí me gustan.Grandes y redondos. Los sopeso con mi mano derecha y se sienten suaves, sin operar. Se ve que no está operada esta chica, no tiene estos senos tan redondos y fijos como los suelen tener las que han pasado por el bisturí. "Bueno, ella es la indicada"-pienso para mis adentros.
-Eres una buena chica.No deberías de llorar, todo va a estar bien.
-¡Por favor,por favor,te lo pido... no me-le di una cachetada.
-¡Cierra la boca de una vez,porque se acabo el jueguito. Vas a hacer lo que te diga y cuidado con un movimiento raro,porque te mato.
-Sí ,sí, esta bien- movía la cabeza como si estuviera en un trance de alcohol.
-Sigue manejando como va la circulación; pero en lugar de seguir por Insurgentes, te vas a meter en avenida Chapultepec. Después vas a dar vuelta en Florencia,para agarrar Reforma, porque vamos a irnos hasta el Periférico. Yo te vo ya ir guiando.
En mi mente estaba un pequeño lugar que había visto en uno de esos viajes que uno tiene que hacer. En la carretera México-Querétaro,a la altura de la Quebrada, hay una desviación que intentaron incorporar a la carretera que va hacia el otro lado,pero que solo servía como apiladero de piedras pues quedo cerrada e inservible.Yendo de sur a norte, tan sólo tenías que tomar el retorno hacia la ciudad,ya que estaba del otro lado de la carretera.Así que hacia allá enfilamos. No dijimos gran cosa ninguno de los dos durante el trayecto, yo llevaba la pistola en la mano,atento a cualquier expresión de la chica,y ella manejaba tan rápido como su nerviosismo la dejaba, tal vez queriendo acabar de una vez por todas con lo que le estaba sucediendo. Y sí,seguro que iba a tener un fin.
-Bien. Vas a tomar el retorno que esta allá adelante. No te desvíes donde dice "López Mateos", sigue derecho y toma el siguiente retorno en vez de ese- y ella ,más resignada a su final,seguía moviendo su cabeza como autómata y haciendo lo que tenía que hacer.
Estábamos en la dirección correcta.
-Pégate a la izquierda y maneja muy despacio.Vas a tomar ese retorno que se ve allí adelante, pero en cuanto entres baja la velocidad al mínimo.
Así lo hizo.Este lugar es perfecto: un lugar tan descuidado y en desuso que todo mundo sabe que no hay porque utilizar,cubierto por una pared de rocas del tamaño de un edificio de 5 pisos. Era el momento de cobrar.Así que una vez que la chica estacionó y me asegure de haberla atado con el cinturón de seguridad a su asiento y de cerrar el auto con los seguros,empezó mi diversión. Se acabó la dulzura también ,por supuesto.Pistola en la mano izquierda, con la derecha le dí cachetada tras cachetada hasta que conseguí dejarla ahí tendida como muñeca de trapo. La rapidez de mi acción tenía que ser exacta,porque me estaba arriesgando a que algún despistado me interrumpiera y sobre todo ,a ser visto por la policía.Así que la golpee un poco más,para asegurarme de su inconsciencia.Entonces la amordazé con un trapo que ya desde antes llevaba guardado entre mis ropas.La liberé de la prisión del cinturón de seguridad,y lentamente, como un ritual pagano,le quité toda la ropa y empezó mi festín.Sus senos grandes y suaves conocieron mi boca,la calidez de mi saliva,y usé cada orificio de su cuerpo para esparcir mi semilla de odio.
Curiosamente, y tal vez por ese miedo que te da saberte usado, la chica ya no despertó de su letargo,lo que me hizo todo más fácil. Con mis manos delgadas,huesudas y con marcas, la tomé del cuello y lo apreté con toda mi fuerza. Es un extásis diferente al sexo el acto de robarte la vida de los demás, un éxtasis que ni la más cara de las drogas es capaz de darme. No tengo las llaves del cielo, no vengo a llevarme un alma piadosa.Destruyo y tomo lo que es mío.
La vestí de nuevo, para dar una sensación más natural al salir de ahí. Busqué entre sus cosas,encontrando una botella pequeña de perfume,suficiente para lo que tenia en mente.Mojé mi trapo-mordaza con mucho de ese líquido, y limpié todas las superficies del auto que pude haber tocado directamente con los dedos.Vidrios,volante,guantera,toda superficie que pudiera tener mis huellas.Cuando terminé puse a la chica en el asiento del copiloto,poniéndole el cinturón de seguridad y acomodándola de una manera que diera la impresión de estar dormida.Salí de ahí despacio,como quién se equivocó de retorno y sabe que está haciendo el ridículo.
¿El plan? Regresar a la ciudad,abandonar el auto en algún lugar,junto con la mierda de su propietaria ,y largarme de ahí.
Monday, July 02, 2007
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