NATURALEZA MUERTA


La vida en este lugar debe de ser muy fácil. Entre brumas que me hacen tiritar de frío y caminos de tierra que no hacen más que darme pureza,camino para gozar de este ambiente que pocas veces se presenta en mi vida.

Enfrente de mi veo toda esa masa de tierra y crestas verdes,flores que nacen desde las entrañas del suelo,los sonidos de los habitantes del lugar por un momento me aturden,pero después de un momento no hacen sino despertar en mí la curiosidad.

¿ Qué puedo hacer aquí, en este espacio donde la civilización todavía no llega,pero en cambio está lleno de tranquilidad? El tiempo parece congelarse, porque uno aquí no puede sino sentarse a reflexionar, a respirar el aire que en nuestras ciudades se niega a desaparecer,pero que sigue estando tan viciado como siempre.

!Vamos a caminar! Vamos a sentir que estamos vivos, vamos a olvidarnos de los sillones ajados en una sala abandonada por la alegría, de los bancos que comen nuestro presupuesto como tiburones que después de oler la sangre,van tras la presa sin pensarlo dos veces.

Aquí no existe esa desesperación que te atrapa cuando caminas por largas avenidas, prisionero de ruidos electrónicos, andando a la par de gente con tristeza en los ojos y en el cuerpo, con dolor por años que pasaron y nunca se van a recuperar... con nostalgia por la muerte de alguien que los sorprendió cuando menos lo esperaban.

Es hora de seguir mirando. Me impresiona el tamaño del cerro que tengo por delante,no por la altura,si no por toda la masa compacta que dia con día se depura a sí misma sin necesidad de manos que hagan siquiera un movimiento.